Te diré que desde que llegaste
la lluvia solo se ha convertido en una excusa para quedarnos en casa.
Que tus abrazos han sido mis analgésicos,
y tus besos han cicatrizado lo que un día creí incierto.
Eres mi potencia,
el olor a café,
las noches de Verano.
Esa sensación de infinito que nunca creíste alcanzar;
tú has hecho mi infinito finito.
Déjame decirte que mirarte es el mejor remedio para mis tormentas,
que mis tsunamis emocionales tan solo son olas ya.
Y que mis sonrisas tan solo son réplicas de lo que tú me das.
Te diré, que me has blindado el pasado,
amortizado el presente,
y regalado el futuro.
Que tus caricias han vaciado mi corazón,
y las sonrisas...
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