3 de septiembre de 2015

11;4

Tras noches de insomnio,
de amaneceres en tus miradas
y atardeceres en mis caderas
conseguí, más o menos, entender
por qué la vida te había puesto en mi camino.
Por qué el destino, con sus costuras
te había ligado a mi.
Y lo entendí,
finalmente lo hice.

Querido Agosto,
ha pasado un año y sigues haciéndome florecer
como si de Marzo te trataras.
Tendría que estar exhausta de ti,
de tu calor,
de la manera en que me miras
y como me desbordo.
Me sigo desbordando por ti,
me sigo derritiendo por ti,
Agosto.

Explícame como lo haces.

Deberían de haberse empezado a marchitar mis flores,
deberían de haberse empezado a caer mis hojas
y tú, lo único que haces es conseguir que siga floreciendo.

Contra todo pronóstico, te enamoraste de mis raíces
te impregnaste sobre mi,
en lo más profundo de mi
y entendí, que es eso lo que me hace florecer
que es eso, lo que me llena de vitalidad,

Gracias por ser para mi como agua en plena ola de calor de Verano.

Querido tú,
por favor,
sigue siendo mi Agosto,
incluso cuando ahí fuera sea Diciembre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario