15 de junio de 2015

Vital

Querido Agosto,
a veces las personas más importantes,
llegan sin un porqué a tu vida.
Llegan y sin más, tratas de asimilarlo,
afrontar esa nueva presencia en tu vida y cuando te quieres dar cuenta,
han pasado dos inviernos, y todavía sigue tu hueco de la cama intacto.

Conseguiste ser su Abril,
ser su presa cuando nadie la podía contener,
cuando ni ella se podía comprender.
Tumbarla y contar sus constelaciones,
ver como bombea mareas
y deja que naveguen hacia ti
para convertirla de repente
en un inverosímil Diciembre.

Le hiciste creer
que aún siendo la más gélida tempestad
fue el Marzo que este campo buscaba para renacer.
Y lo hacía,
le hiciste creer
que por ti ella florecía.

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