15 de junio de 2015

Absolución

El caso es,
que siempre fui de saltar precipicios
y caer en condenas
pero tú
te lanzaste a mi como si fuera un salvavidas
y caíste sobre mi como si fuera una de ellas.

Viste en mi la esperanza que nunca vi al balancearme en las orillas
de los mares que creí que eran aquellos abismos;
creíste, que flotaba por ti
y en realidad lo hacía al haberme ahogado entre ellas,
las condenas.

Considerándome sensata
cuando tan solo era una kamikaze que quería salir a flote
pero no de aquella forma.

Tú, que día tras día me recuerdas que las condenas
no son lo que me hacen salir a flote
sino la esperanza
y yo, 
que cada día me ahogo más flotando
en este mar que algunos consideran felicidad 
y que yo prefiero llamar Soledad.

(Y yo se que algún día, serán todas esas penas las que precipiten, y no yo)

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